Robo de relojes y celulares de alta gama, en la mira de los delincuentes
Se ha convertido en la principal actividad delictiva en Barranquilla.
Las más recientes acciones de la delincuencia en Barranquilla muestran un común denominador: el robo de relojes y celulares de alta gama, constituyéndose ahora en la principal y peligrosa actividad delictiva en la ciudad.
En la mayoría de los casos el objetivo de los delincuentes ha sido el hurto de estos elementos: interceptan a las víctimas, las intimidan con armas y las despojan de esas pertenencias. No sin antes expresar una frase que también se ha vuelto recurrente: “No se haga matar, no tengo problemas en disparar...dame el celular”.
Es la misma característica observada, por ejemplo, cuando un delincuente intentó despojar de sus relojes y celulares a clientes que se encontraban en el restaurante Mopri Express, localizado en la calle 82 con carrera 42H, al norte de Barranquilla.
Lo que no se esperaba el ladrón es que uno de los clientes se encontraba armado y este le respondió a tiros. El delincuente resultó herido pero alcanzó a huir en una moto en la que le esperaba su cómplice.
En otro caso, dos delincuentes llegaron al establecimiento de comidas rápidas Donde Sebas, calle 61 con carrera 32, barrio El Recreo, y alcanzaron a despojar de un celular y dos relojes a los clientes, cuando también fueron enfrentados a tiros por personas que se encontraban en el sitio. Uno de los delincuentes murió en el acto y el otro al día siguiente.
También en el norte de Barranquilla, en el restaurante Langostino´s, carrera 51 con calle 93, un delincuente llegó con su claro objetivo. Se acercó a la mesa donde se encontraba el excongresista David Char Navas y lo despojó de un reloj y dos celulares de alta gama, huyendo tranquilamente del lugar.
En este último caso, de inmediato, las autoridades identificaron al autor del hecho como alias ‘Cara de Lea’, referenciado por su actuar delictivo en aeropuertos y restaurantes con el robo de relojes y celulares de alta gama.
Lo mismo sucedió en el restaurante El Uruguayo, carrera 63 con calle 58, donde su propietario, Jorge Eduardo Silveira Pereira, resultó herido cuando intentó evitar el atraco de que eran víctimas los clientes que a esa hora se encontraban en el sitio.
El video registra la manera como de mesa en mesa los clientes son despojados de sus pertenencias, especialmente celulares.
La misma situación se ha registrado en los asaltos en el servicio público de transporte. En la calle 17 con carrera 20, un delincuente abordó un bus de Sobusa y despojó de su celular al sindicalista Martín José Martínez Tobías, quien murió cuando el ladrón fue enfrentado a tiros por otro pasajero que se encontraba armado.
En la carretera Oriental, los pasajeros de un bus de la ruta Palmar de Varela también fueron despojados de sus pertenencias, especialmente celulares.
Igualmente, los asaltos callejeros, de los que principalmente han sido víctimas los jóvenes, han quedado registrados en videos que circulan por las redes sociales.
Y también se registran hechos lamentables como el de Martín Salvador Caballero Maza, quien fue asesinado por delincuentes para despojarle su celular.
Esta relación de casos no parece exclusiva de Barranquilla ni aislada de lo que viene ocurriendo en el resto del país.
En Bogotá, por ejemplo, crece el robo de celulares a los usuarios del Transmilenio y lo que llama poderosamente la atención son los asaltos a las tiendas de Movistar. En la madrugada de este lunes fueron robados más de 50 celulares de alta gama en Usaquén, avaluados $200 millones.
Hace 15 días, otra tienda de Movistar en La Floresta también fue objeto de robo de celulares por más de 20 millones de pesos.
De esta situación no escapan otras ciudades del país, en menor o mayor proporción, lo que indicaría que se trata de una red nacional con conexión internacional dedicada a este tipo de delitos.
A nivel internacional las autoridades han adoptado medidas para combatir la red, en países como Perú, Ecuador, Venezuela y Bolivia, con el propósito de que los celulares robados o perdidos pierdan valor comercial e impedir que puedan ser usados.
En Colombia, el nuevo Código de Policía y Convivencia establece 13 comportamientos que afectan la seguridad de las personas y sus bienes relacionados con equipos terminales móviles.
El propio Presidente de la República, Juan Manuel Santos, al explicar los alcances del nuevo Código, reconoció la magnitud del problema: “Todos sabemos que el robo de celulares se ha convertido en uno de los mayores problemas de seguridad ciudadana”.
Lo que se esperaría, entonces, es que la Inteligencia de los organismos de seguridad actúe en los sitios que sirvan como reducidores de los celulares robados para volverlos a comercializar, haciéndole los “ajustes” que ellos solo saben hacer.
Además de frenar el despacho de los equipos al exterior y no solo dar con los mandos medios, sino con los verdaderos ‘capos’ de esta actividad delictiva.